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Lo que el agua no se llevó

Dos semanas antes del terremoto yo estaba en la casa de unos amigos en Iloca, no voi a mentir no era un lugar paradisiaco pero tenía todo lo necesario para poder disfrutar de un buen fin de semana en la playa. Una de las cosas que siempre me llamaba mucho la atención eran los pescadores cuando se despedian de sus familias para materse al mar, todos los dias la misma rutina, era muy emocionante.

Las casas de mis amigos tenian más de 100 años, todas con muchas historias y anécdotas familiares, de eso ya no queda nada. El mar arremetió sin discriminación alguna y se lo llevó todo, se llevó amistades, trabajos, estudios y la felicidad de toda la gente, nunca nadie dimencionó lo que podia provocar un hecho semenjante, era lo inpensado, era la época donde mas se disfrutaba en Iloca. Afortunadamente y aunque la naturaleza quizo lo contrario, la fuerza y el espíritu no se fueron con el agua y son los responsables de volver a levantar ese lugar tan especial como es Iloca.